martes, 6 de diciembre de 2011

Las chicas de alambre

Resumen



Un periodista, Jon Boix, empleado en la revista “Zonas Interiores” es el encargado de hacer un reportaje sobre “las chicas de alambre”. Tres chicas modelos conocidas por su extrema delgadez. Vania era española, Jess Hunt americana y Cyrille egipcio-somalí.
Jess murió por las drogas y Cyrille se suicidó al saber que tenía sida.
Vania lleva diez años desaparecida tras ingresar en una clínica para recuperarse de su anorexia.
Jon Boix empieza a investigar sobre el paradero de la modelo.
Habla con gente que trabajó con ella y la conoció.
Mientras entrevistaba a Carlos Sanromán, el fotógrafo que le hizo sus primeras fotografías, conoció a Sofía, una modelo de la cual se enamoró y tras enfadarse y reconciliarse, acaba trabando en la revista de la madre de Jon.
Habló con mucha gente, pero casi ninguno aporta ninguna nueva información y todos coinciden con que está muerta.
Pero Robert Ashcroft, antiguo novio de Vania, aportó un nuevo nombre a la búsqueda: Noraima Briezen, su secretaria, su criada, su madre.
Tras hablar con personas cercanas a la historia, logró encontrar a esa mujer, Noraima, en Aruba, una pequeña isla del Caribe.
Jon se desplaza hasta la isla para hablar con ella. Cuando llega busca en una guía telefónica su nombre, pero hay cinco iguales, entonces recuerda la descripción de una casa que ella le hizo a Vania por cartas, unas cartas que tenía guardadas su tía, Luisa Cadafalch, única familiar directo de Vania.
Al final logró encontrar la casa y hablar con la mujer que aporta el dato definitivo al artículo: Vania está muerta.
Noraima lo acompaña al cementerio donde está enterrada y ve su tumba y la de la hija de Noraima: Eliza.
Jon lleva a Noraima a su casa y vuelve al cementerio para hacer fotos. Mientras hace las fotos un detalle le golpeó la razón: todas las flores estaban al lado de Eliza, Vania no tenía ninguna, pero había algo más, algo que había sucedido en casa de Noraima.
Mientras cenaba se dio cuenta de aquel detalle: en casa de Noraima había un pasillo con varias puertas y al fondo una abierta que daba a un taller con objetos de pintura en el
que alguien pitaba allí y las manos de Noraima estaban limpias y cuidadas, entonces aparecían las flores de la tumba, todas debajo del nicho de Eliza, como si en el de Vania no hubiera nadie.
Volvió a casa de Noraima, la rodeó por la izquierda y escuchó una voz, se detuvo frente a una ventana y la vio allí, Vanesa Molins Cadafalch.
Después se dirigió a la puerta y llamó, le abrió Noraima y se enfadó al verlo allí a esas horas, iba a cerrar la puerta pero apareció Vania y le dijo que pasara y estuvieron hablando, después se fueron a pasear y a seguir hablando.
Dos días después, Jon se fue de la isla, pero con una duda, qué clase de artículo iba a escribir.



martes, 22 de noviembre de 2011

Derrotada


Yo también me he sentido frágil cuando alguien me ha mirado fijamente a los ojos, yo también he visto mi mundo derrumbarse sobre mi espalda cuando menos fuerza tenía para sostenerlo, yo también necesito esa sonrisa para vivir, necesito mil motivos, mil movimientos, mil susurros… para sobrevivir día a día.

Me llenaste

¿Sabes cielo? Cuando te fuiste no me quedó ningún vacío en el corazón, que bah. En realidad, me dejaste empachada de ti. Un gran empacho de besos fresquitos y caricias que te hacer arder cada fibra de la piel. De abrazos que te estrujan los huesos y te quitan el pesar. Llenita de susurros que se quedan en escalofríos y palabras que se te graban en el corazón.
Tengo miedo de perderme, de no saber en que dirección caminar, de perder la luz y vagar por la oscuridad. Tengo miedo de dejar de ser yo, miedo de no reconocer mi reflejo, de perder el norte, el control. Tengo miedo de mirar a mi alrededor y no ver a nadie, de no tener un hombro en el que llorar, un amigo al que escuchar, una vela que soplar. Tengo miedo de la oscuridad, aunque mas miedo me da la claridad, ya que puedo ver venir los duros golpes que esta vida me da.

Denuevo


Todos se aman en secreto, a escondidas. No tienen tiempo, ni fotos, ni tardes, ni si quiera planes pueden tener. Sus caricias son desesperadas como las primeras, y tristes como las últimas. Hoy sin embargo no se abrazan. Él no puede elegirla, ella llora y nadie nunca lo sabe.

Narcóticos

De verdad te echo de menos? No lo comprendo. Ya no sueño contigo, ya no lloro, ya no eres el motivo de mi sonrisa. Sí, pasé momentos felices a tu lado, pero nada comparado a los que vivo ahora. Porque el tiempo pasa, y con el tiempo te curas, te olvidas.
Miles de recuerdos tengo tuyos, y por eso los guardo, porque ese pasado a formado parte de mi. Puede que a ti no, pero a los recuerdos si les eche de menos, porque, en eso consiste ¿no? echar de menos cosas que te han gustado vivir, que te has sentido bien. Ahora solo se queda en eso, en "recuerdos" y nada mas. Porque ahora vivo cada día para vivir momentos mejores, para vivirlos y que se queden en mi memoria para siempre, porque soy feliz, porque le quiero, porque ahora él, me nubla el pasado y me ilumina el camino, y solamente parece perfecto si el va conmigo.
Porque ahora, TODO, es mucho mejor.

Te vi ir

Nada fue real hasta que te marchaste completamente. De modo que ahí voy, con todos mis pensamientos que he estado guardando. Y ahí voy con todos los temores que pesan sobre mi.
Sé, que realmente aún no se ha acabado. Y no se si podría explotar o arder pero quizás al final de este camino pueda alcanzar a verme a mi misma. Así que no me preocuparé de que sea tarde, quiero hacerlo bien, sin comparar segundas opiniones, esta vez no. Ha sido un largo camino desde que dejé mis lágrimas en aquellas manos, pero sé que aún no se ha acabado.
Tanto tiempo y aún sigo aquí, me estoy poniendo mejor, sigue siendo difícil, tanto tiempo viviendo sin ti...Tanto tiempo y aún lo recuerdo.